¡Namaskar!
Ya hemos visto en otro artículo la importancia del ritmo y los tiempos respiratorios. Lo que hoy me gustaría compartir es la importancia del dominio de los Impulsos Inhalatorios y sus efectos tridimensionales: físicos, mentales y energéticos.
Lo primero que tenemos que entrenar mucho antes de realizar Pranayamas, Bandhas y Kumbhakas (retenciones) es nuestra capacidad para dirigir los impulsos de la inhalación, adecuados a la experiencia en la que nos encontremos.
Uno de los objetivos del Yoga es la Expansión de la Conciencia, y esto es posible sólo poniendo nuestra atención plena en el momento presente. Estar atentos a nuestra respiración es una gran herramienta para este anclaje de la mente, ya que en su movimiento pasamos mucho tiempo y gastamos mucha energía calculando eventos del pasado y del futuro, los cuales además siempre son imaginarios, pues lo único real es lo que esta sucediendo en este momento.
Desde el punto de vista físico nuestros pulmones tienen una forma casi triangular, siendo mas grandes por debajo y mas pequeños por arriba. También en la zona más baja en donde hay mayor cantidad de alveolos que son los posibilitan el intercambio gaseoso. Por esto es que cuanto mas profundo inspiremos, mas nos oxigenaremos y el corazón se verá menos exigido pues la sangre que bombea será más rica en oxígeno, así nuestro ritmo cardíaco se calma reflejándose en un estado mental también mas tranquilo.
Cuando realizamos estas respiraciones bajas, también estaremos movilizando el diafragma que es un músculo sumamente importante en muchos niveles anatómicos y fisiológicos, pero fundamentalmente a nivel orgánico, ya que divide el sistema respiratorio del sistema digestivo, y su movimiento tiene efectos sobre ambos, permitiendo la correcta captación y eliminación del prana (energía vital) en ambos sentidos.
Las respiraciones bajas están asociadas a estados de calma y de tranquilidad.
Cuando necesitamos activarnos, o nos ponemos en estado de alerta la respiración tiende a subir. Es decir que comenzamos a respirar con la zona alta de los pulmones, generando respiraciones mas cortas e insuficientes, que exigen mayor esfuerzo al corazón. Estas respiraciones cambian el movimiento del diafragma, manteniéndolo mayormente contraído hacia arriba. Esto puede ser muy efectivo y beneficioso si estoy en peligro y tengo que estar lista para huir, si tengo que correr el bus para no llegar tarde al trabajo o si estoy realizando una actividad física dinámica o para entrenar mi resistencia cardíaca. Pero es bastante evidente que no es beneficioso pasar la mayor parte del día en estos estados, por ejemplo dormir o comer, mantener conversaciones, estudiar, etc. con este tipo de respiraciones.
Las respiraciones altas están asociadas a estados activos y de alerta.
Debido a las exigencias y ritmo de la vida actual, pasamos la mayor parte de nuestros días en estos estados, lo cual genera hábitos y moldea conductas inconscientes que finalmente sitomatizan en formas de asiedad, pánico, violencia, etc.
Para cambiar estos hábitos hay que poder prácticar en principio respiraciones intercostales. Estas respiraciones medias, además de ampliar la capacidad respiratoria nos permiten reconocer otras posibilidades de estar activos, manteniéndonos a la vez centrados y más equilibrados.
Las respiraciones medias están asociadas a la flexibilidad y la armonía.
Existen muchas más respiraciones, pero para comenzar estas tres son las que mas necesitamos comprender y entrenarnos para decidir ante cada circunstancia de la vida cual es la más apropiada para colocarnos en el estado adecuado.
¡Hari om!
Comentários