Un gran Namaskar para todos.
Hoy quiero expresarme sobre el Yoga Profesional y la Industria que nuestra cultura capitalista ha construido en rededor de esta sabiduría ancestral.
El conocimiento se puede transferir, mas no la experiencia y cada cual va eligiendo los pasos que da por el mundo durante una vida.
Las motivaciones que nos impulsan a aprender son múltiples: curiosidad, deseo, ambición, etc., etc. En la experiencia está la respuesta, nos gusta, no nos gusta, nos abre el corazón, no es lo que buscaba y así tantas como se nos ocurra.
Es muy común y natural llegar a la práctica motivado por un nivel de insatisfacción que muchas otras disciplinas no alcanzan a mermar. Y es mucho mas natural que con la práctica y su proceso interno comencemos a sentirnos mas armonizados con nosotros mismos y con el entorno, y que esto motive esa intención de compartirla con otros. Aquí comenzamos a buscar donde aprender un poco más, como es que estas técnicas tienen estos efectos, de donde surgieron y quienes portan hoy los conocimientos y la capacidad pedagógica de pasarlos a otras personas.
Más hoy en día también hay quienes han visto en este desarrollo mucho mas que una herramienta capaz de mejorar la calidad de vida, han encontrado en esto un negocio muy rentable con las características ideales para convertirse en un producto sumamente atractivo: promete bienestar, es noble, pleno de entrega y generosidad. Todo esto es cierto, pero dependiendo en manos de quien también puede ser muy peligroso.
Ya hoy tenemos muy al alcance historias de vida plenas, muy esperanzadoras y nobles, así como también muchas historias tenebrosas, plagadas de manipulación y violencia. Yo misma he pasado por eso.
Pareciera que el mundo se ha puesto de acuerdo en la Institucionalización del Yoga, y esto puede tener su lado positivo, dar un orden, un marco, avales, profesionalismo y respeto cultural y religioso. Pero la esencia del Yoga se escapa, se escabulle y se aleja cada día más en este entramado que muestra las luchas de poder Egoico y Económico cada día con más ferocidad.
Frases como “Yoga Oficial”, o con XX cantidad de alumnos estuvimos hoy haciendo tal o cual cosa, se leen una tras otra en redes sociales.
Es Urgente despertar, se repiten cosas como esas y se repiten una y otra vez hasta que crean una “Verdad” ciertamente muy oscura y alejada de la Realidad.
La institucionalización del Yoga es el esfuerzo de Voluntades Individuales que en muchos casos construyen Individuos Megalómanos en un entramado de manipulaciones sectarias siniestras y de tintes muy psicópatas que mantienen cautivos a sus adeptos, enceguecidos, completamente dormidos y esclavizados económica y espiritualmente. También he pasado por eso.
Puede resultarte ciertamente útil una Certificación para acreditar que completaste un curso, pero tienes que saber que cualquier curso de Yoga se enmarca en la Educación NO FORMAL, ningún curso está regulado ni se registra en ningún estamento del Estado, ni aquí en Argentina, ni en ningún país del mundo. Si alguno de Ud. Conoce algún país que lo haga, háganmelo saber porque ni siquiera en India sucede.
Una institución con un nombre grandilocuente, amiga de tal o cual funcionario puede parecer más valida que la certificación que puede dar un Maestro o Maestra que no se ha dejado cooptar por este juego, que da sus cursos en su centro, en su sala, o en su jardín, pero no lo es. No elijas en base esta falsa creencia pues estarás cometiendo un gran error, elige desde el corazón, elige lo que te resuene en tu experiencia.
Elije el Yoga, un camino de armonía con TU esencia, ningún papel puede certificar que has encontrado aquello que motiva tu vida. Es necesaria una guía, es un camino que solo uno mismo puede recorrer, pero necesita el acompañamiento de otra persona con experiencia, empática y amorosa. No te lo hará más fácil, pero estará ahí cuando necesites un descanso o una voz de aliento. También he paso por esto. Encuentra una formación que te brinde esta contención y esfuérzate en esa búsqueda.
Amor, salud y paz para todos los seres,
Hari Om
GM Yogacharini Alejandra Marcer.
¡Hola Alejandra! Nunca lo leí tan claro. Gracias, Maestra.